miércoles, 6 de marzo de 2013

Mundos paralelos

Durante un tiempo en la primaria mi lugar estaba hasta atrás, pegado a la pared.

La decoración para alguna festividad incluía unos estambres que caían justo a un lado de mi lugar.

Se me figuraba una de esas cortinas que hacen de puertas, de las que salen en las películas.

En mi cabeza, era un puerta a un mundo paralelo. A veces, incluso hacía la finta de pasar por ahí. Nunca sabía a dónde iba a llegar, sólo sabía que iba a ser diferente.

Usaba la puerta cuando tenía un día muy malo o muy aburrido. Generalmente lo reservaba para los días malos, no me podía arriesgar a que un día aburrido se convirtiera en mala. Aburrido era mejor que malo.

A veces, me gustaría tener esa puerta para los días malos, pero ahora que lo pienso, cada instante es una puerta a un mundo paralelo en el que no sabremos que va a pasar, sólo sabemos que será diferente.

2 comentarios:

andrea dijo...

Qué padre era la primaria con sus tantas posibilidades.

Mac dijo...

Y... no. Padre, no era.