lunes, 15 de octubre de 2007

Nostalgia

Por fin despues de muchisimo tiempo de nomas haber leido el primer capitulo me decidi y me puse a leer La Insoportable Levedad del Ser de Milan Kundera, ya les habia hablado de lo mal que me sentia, porque parecia hablar de un libro de intelectuales pedantes. ¿Por que todos los intelectuales tienen que ser tan mamones? Se sienten mucho porque han leido más libros que tu y porque gastan como un 98% menos de su tiempo viendo televisión que tu. Pero son incapaces de mantener una conversación enteramente libre de peso, y a esto regresamos al rato.
cuando me faltan unas 70 paginas tamaño carta, mas o menos para terminar el libro, pienso en las ganas de que se acabe ya, para conocer el final, porque me tiene con el alma en un hilo, no porque sea una cosa de suspenso, simple y sencillamente esta muy bueno y quiero leer y leer hasta ya que ya no quede nada, pero es precisamente eso lo que más tristeza me causa, saber que en cuanto lea la ultima palabra del ultimo renglon de la ultima hoja, no quedara nada, no se si estoy preparado para terminar el libro aun y que me deje ahi, solito y a la deriva. Y saber que estos pocos dias que he podido sentir lo que esos intelectuales mamones, se acabaran y tendre que esperar a que llegue otro libro igual de bueno y me decida a leerlo y lo siga leyendo y pase las paginas y me quede clavado y me guste tanto y lea y lea y lea, un monton de coincidencias, que se dan pocas veces, al menos en mi persona.
El libro parte de dos conceptos filosoficos, explicados muy claramente como para que hasta yo los entendiera, el mito del eterno retorno de Niestzsche (espero haberlo escrito bien) y el de los polos opuestos de Parmenides, sobre esos dos se basa en la diferencia entre el peso y la levedad. Parmenides decia que la levedad era positivo, el titulo del libro parece decirnos que es todo lo contrario, pero durante el libro te mantiene en un constante cambio entre peso y levedad y solo aclara las diferencias, no dice que es bueno, no dice que es malo, sigo esperando a ver como concluye, sin embargo creo que es bueno tener un equilibrio, tener momentos de peso y de levedad, es bonito poder tocar temas profundos de vez en cuando en las conversaciones, pero es igual de bonito poder tener una conversación perfectamente vana y superficial, donde digas lo que digas, nada cambia, porque no tienen ningun peso.
Y es que creo que estos intelectuales, estos mamones que dedican su vida a ir a cafes a plantearse el origen de la vida, y otras cosas de mucho más peso, que yo, por supuesto desconozco, que solo se dedican a leer libros inteligentes que cambiaron en algo el origen del mundo porque tienen peso, y no ven programas de televisión porque son eternamente ligeros. Hacen eso porque no tiene la capacidad de reconocer la belleza en la levedad, porque creen que el peso es lo que importa porque al final de cuentas sus conversaciones parecen cambiar al mundo.
Y aqui es donde entramos al mito del eterno retorno, donde Nietzsche habla de que todo lo que hacemos regresara y volvera a pasar unas y otra vez, hasta el infinito, y todo se repetira infinitamente. Ese retorno le daria a lo que hagamos una peso enorme haria que todo tuviera peso, porque cuando todo sucede una y solo una vez, no pesa nada, es ligero, pero cuando todo esta destinado a repetirse hasta el infinito, entonces eso pesa. Definitivamente no lo se explicar, es por eso, que les pondre, ese principio que me enamoro, que habla sobre el mito del eterno retorno, y es maravilloso:
"La idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejó perplejos a los demás filósofos: ¡pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir ese mito demencial? El mito del eterno retorno viene a decir, per negatio-nem, que una vida que desaparece de una vez para siempre, que no retorna, es como una sombra, carece de peso, está muerta de antemano y, si ha sido horrorosa, bella, elevada, ese horror, esa elevación o esa belleza nada significan. No es necesario que los tengamos en cuenta, igual que una guerra entre dos Estados africanos en el siglo catorce que no cambió en nada la faz de la tierra, aunque en ella murieran, en medio de indecibles padecimientos, trescientos mil negros. ¿Cambia en algo la guerra entre dos Estados africanos si se repite incontables veces en un eterno retorno? Cambia: se convierte en un bloque que sobresale y perdura, y su estupidez será irreparable. Si la Revolución francesa tuviera que repetirse eternamente, la historiografía francesa estaría menos orgullosa de Robespierre. Pero dado que habla de algo que ya no volverá a ocurrir, los años sangrientos se convierten en meras palabras, en teorías, en discusiones, se vuelven más ligeros que una pluma, no dan miedo. Hay una diferenc ia infinita entre el Robespierre que apareció sólo una vez en la historia y un Robespierre que volviera eternamente a cortarle la cabeza a los franceses. Digamos, por tanto, que la idea del eterno retorno significa cierta perspectiva desde la cual las cosas aparecen de un modo distinto a como las conocemos: aparecen sin la circunstancia atenuante de su fugacidad. Esta circunstancia atenuante es la que nos impide pronunciar condena alguna. ¿Cómo es posible condenar algo fugaz? El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia; todo, incluida la guillotina. No hace mucho me sorprendí a mí mismo con una sensación increíble: estaba hojeando un libro sobre Hit-ler y al ver algunas de las fotografías me emocioné: me habían recordado el tiempo de mi infancia; la viví durante la guerra; algunos de mis parientes murieron en los campos de concentración de Hitler; ¿pero qué era su muerte en comparación con el hecho de que las fotografías de Hitler me habían recordado un tiempo pasado de mi vida, un tiempo que no volverá? Esta reconciliación con Hitler demuestra la profunda perversión moral que va unida a un mundo basado esencialmente en la inexistencia del retorno, porque en ese mundo todo está perdonado de antemano y, por tanto, t odo cínicamente permitido. " (Disculpen por el formato y esas cosas, pero no consegui el libro en un formato bonito)
Y es que en ese caso, de que todo sea leve: ¿No deberiamos de dedicarle un poco más de tiempo a las cosas vanas de la vida? ¿No deberiamos de tomarnos más tiempos libres? ¿No deberiamos de usar esos tiempos libres para todo menos para pensar en cosas que pueden tener peso?
Pero que es de nuestro tiempo libre, cuanto de este tiempo es relamente libre, muchas veces nos hacemos objetivos y tareas para cuando no tenemos nada que hacer, como yo que me pongo como objetivo terminar el libro pronto y aprovechar mis horas "libres" en eso. Entonces: ¿Que tan libre es ese tiempo? ¿Que tanto disfrutamos realmente de la vida? ¿Que tanto procuramos darle un peso, si no lo tiene?
Más adelante en el libro, hablan sobre como Edipo se saca los ojos y se castiga por algo que hizo, pero que no sabia que estaba haciendo. Tomas, el protagonista del libro, criticaba en base a eso, a todos aquellos que habian tenido la culpa de la caida de su país en manos de la Unión Sovietica, pero que no sabian que estaban haciendo eso. Ellos se llamaban inocentes, el los llamaba culpables. Y luego el mismo se contradice. Piesna que alguien no debe de ser castigado por algo de lo que no tiene conocimiento. ¿Debe ser alguien castigado si no tiene conocimento de su falta?
Al final, como dice el libro, la vida solo es una, es apenas un boceto y no podemos saber si lo que hacemos sera bueno o sera malo, siempre es una decisión arriesgada, no tenemos la oportunidad para experimentar y hacerlo varias veces, por lo tanto no podemos saber que hubiera pasado si tomamos la decisión contraria. Es decir, que uno no se puede arrepentir, más bien puede pensar, pudo haber sido peor, pero tampoco se puede enorgullecer de sus decisiones, más bien debe pensar, pudo haber sido mejor.
Debemos de decidir, confiados y seguros, debemos de decidir, intentando que se logre lo mejor, pero no podemos, y nunca podremos, saber si lo que decidimos fue lo correcto o no, asi que porque preocuparnos por ello, es solo una decisión, todo lo que pase a raiz de esta, pasara solo una vez, y carece de peso.

5 comentarios:

Manolo dijo...

No soy tan fan de ese libro en particular, me gusta más 'la broma', de hecho, cada que pienso en 'la insoportable levedad del...' la siguiente palabra es 'domingo'.

Era un programa los domingos en la noche en radioactivo, pasaban algún disco "importante" de la historia, y de verdad hacían pasar una noche más amena en esa insoportable levedad del domingo. Porque sigue el lunes.

Mme. Carroll dijo...

Veo que no sólo yo me malviajé con ese libro. Y me laten más La Inmortalidad y El libro de los amores ridículos, ¿por qué? Porque no tienen tanto peso. La onda es que esto de ser un intelectualpuede llegar a ser algo tan deprimente, creo que Kundera no lo puede ocultar, yo no veo felicidad en su literatura, o quizá toda su obra sea una especie de alter ego que represente lo patético de la vida en cualquiera de los sectores, ora los cultos, ora los incultos. Los que pueden comprender su obra quizá están (nótese que me zafé) condenados a encontrar el placer en la ilusión de la comprensión de otro humano cuando en realidad son ellos quienes se comprenden a partir de las palabras de él. Y los que no entienden o ni siquiera abren su libro, siguen vivos y felices, sin haberse quedado semanas, meses, pensando en que Kundera es un pinche genio con el lenguaje. Okay, tengo como mil ideas en la cabeza y nada de lo anterior me convence en tanto la estructura está como bien dispersa. Enfatizando lo caótico de mi cabeza ahora, ser intelectual no es siempre pedante, ya sé que no dices eso, de hecho sin hacerlo muy explícito, admites que hay distintos tipos de intelectuales. Al principio me sentí medio ofendida, pero conforme avanzaba en tu post me alejaba más del estereotipo. Si debo colgarme una etiqueta, que sea la de intelectual voyeurista: siempre espío a mis ideas pero no me atrevo a coger con ellas.

andrea dijo...

Ya se extrañaban tus entradas largas jaja...me dejaste muchas preguntas en la cabeza. Supongo que es bueno, gracias!
"reconocer la belleza en la levedad" me quedo con eso, saludos

Wu* dijo...

Disfruté mucho tu post, no tanto por la información en él (que también, también) pero más por tu forma de disfrutar lo que estás leyendo y lo que escribes.
A mi Nietzsche me espera en diciembre... Kundera no me llama tanto no sé por qué pero habrá que darle un espacio también.
Maquiavelo... a ese sí lo amo ja.
Un abrazo y... no es lo mismo intelectual que intelectualoide.
Saludos macccccc

Mme. Carroll dijo...

Tu blog es buenísimo, no me da hueva para nada. Y la de la foto no soy yo, es la dueña de mis quincenas... Y cree que se ve fea en la foto, I think she looks HOT!